¿Cómo te cuidas cuando estás bien?
En si puede que no parezca una pregunta de gran trascendencia, es más, muchas veces ni nos planteamos cuidarnos a nosotros mismos, lo que tenemos en mente es cuidar a otras personas u otras cosas. Somos capaces de aparcar la atención hacia nuestra persona, en beneficio de la atención a otros seres, incluso sin valorar si son importantes o no estas peticiones.
¿Cómo te cuidas cuando estás bien?
La primera reflexión que quiero compartir es que “no esperes que los demás te cuiden, hasta que estés mal” y esto no quiere decir que las personas de tu alrededor no te quieran o no piensen en ti, solo quiere decir que por naturaleza nos centramos en “cuidar” cuando la necesidad de la otra persona es muy clara, en una situación normal no. Así que o eres tú mism@ quien prioriza cuidarte… o cuando te llegue la ayuda de afuera ya será cuando sea muy evidente que la necesitas, y no creo que esta situación sea deseable para ningun@ de nosotr@s.
La segunda reflexión, es que tu salud requiere dedicación necesariamente, tanto tu cuerpo como tu mente (es decir todo tu ser) necesitan un mantenimiento. También en este caso hay distintas posibilidades, puedes día a día dedicar momentos a cuidarte, haciendo deporte, teniendo momentos para estar contigo en silencio sin hacer nada, cultivando aquellas cosas que aportan bienestar y serenidad en tu vida. O por el contrario puedes dejarlo para más adelante, para cuando tengas tiempo, para cuando te jubiles, para cuando los niños sean grandes… y todo ese déficit de cuidados se almacenará en una cuenta y en algún momento tendrás que arreglar cuentas. Si no llevas los números al día, en algún momento tu mente y/o tu cuerpo te harán parar y dedicar el tiempo, el esfuerzo, el dinero, los recursos, todo, para volver a recuperar la salud. Aprovecho para introducir un concepto que me encanta que es el de “egoísmo saludable” que no es nada más que tener un equilibrio entre lo que te ocupas del resto de personas y cosas y lo que te ocupas de ti.Tal vez estos párrafos suenen un poco dramáticos, pero es que tal vez necesitemos confrontarnos con la realidad tal cual es y sin adornos. En gran medida está en tu mano pasar por esta vida viviéndola, sintiéndola, con energía, salud y disfrutándola o por el contrario puedes intentar escaquearte de tus responsabilidades vitales, seguir haciendo las cosas igual, ya que socialmente están aprobadas (aunque sean cosas que te ataquen directamente como el alcohol o el azúcar), ponerte en posición “¿que voy a hacer yo?” y tentar a la suerte. No se cómo te suena a ti, pero yo prefiero no comprar papeletas para esta lotería.
Así que te animo a coger las riendas de tu vida. Y decidir cómo quieres que esta sea. Y ya que estamos en época en la que muchas personas
tenemos vacaciones, ¿que tal si haces una prueba piloto de lo que realmente quieres que sea tu vida?, desde pensar con que tipo de alimentos vas a llenar tu cuerpo, que tipo de conversaciones quieres tener, que tiempo vas a dedicar a hacer deporte, que tiempo vas a dejar para no hacer nada… no se, en definitiva, no hay un camino bueno, hay infinitas posibilidades, se trata de caminar y de disfrutar haciéndolo.
No siempre es fácil realizar este cambio, tenemos tal inercia viviendo la vida que llevamos que cualquier cambio requiere su proceso, y aquí el Mindfulness nos puede ayudar un montón. Además con la tranquilidad de que nunca se te va a marcar un camino que seguir, únicamente te ayudará a elevar la consciencia, a darte cuenta de donde estas y desde ahí poder poner foco. Desde el respeto y la amabilidad contigo mism@.
Te propongo un plan para la próxima semana a la vuelta de las vacaciones, vente a un taller de iniciación al Mindfulness, una de las sesiones gratuitas que hacemos periódicamente en el instituto y pon la primera piedra en ese nuevo camino de tu vida, un camino sostenible.
Inscripciones en https://goo.gl/forms/chKNCrYN3l7h9GBn2
Feliz día!!!!