Libérate del sufrimiento

No es Ecuanimidad una palabra que se escuche mucho, aunque su relación con la felicidad y el disfrute de la vida por todo lo que hay detrás de ella, la convierte en protagonista a cada momento de nuestra vida seamos o no conscientes.

Me gusta simplificar, porque eso nos permite avanzar para luego hacer frente a retos mayores, y en este caso el reto de asociar la Ecuanimidad con la Felicidad puede volverse complejo, voy a hacerlo lo mejor que sé aprovechando los aprendizajes tras el curso retiro de meditación Vipassana de 10 días, mi intención es no complicarme y si no es así, te pido disculpas quedando a tu disposición para aclaraciones.

La felicidad es un estado interior, no es algo ni material, ni que se pueda coger de un árbol, comprar en una tienda, o que te pueda dar alguien porque le sobre (Contagiar tal vez sí ;o).

Es más, la felicidad no es algo que se pueda medir, simplemente es algo que podemos experimentar, vivir, sentir dentro de cada persona.

Es decir, la felicidad, es un concepto que cada personas verá e interpretará a su manera, según su mundo interior, aunque al igual que las mariposas pueden volar porque sus dos alas son del mismo tamaño, la felicidad de cualquier ser humano, aparecerá si la persona está equipada con las siguientes dos capacidades, las dos siguientes alas:

  • Atención, capacidad de enfocar nuestra consciencia, para poder observar las sensaciones en el momento presente.
  • Ecuanimidad, capacidad de no reaccionar ante las sensaciones desagradables con aversión, ni ante las agradables con avidez. Aceptando la ley de la naturaleza que dice que nada es permanente, todo está constantemente surgiendo y desapareciendo, continuo cambio, impermanencia e incertidumbre.

La atención se entrena, además, depende de cómo tengamos las pilas, tendrá mayor intensidad o estará bajo mínimos, por eso es tan importante el cómo nos alimentamos, el cómo nos ejercitamos, el cómo nos apañamos con nuestro estrés.

Además de ser muy importante que tipo de vida vivimos, porque aquellas personas que viven a ritmo de estímulos externos intensos, acaban por debilitar el músculo de la atención, quedando a merced de que el mundo exterior sea lo suficientemente atractivo como para que nuestra atención quiera enfocarse por libre elección en algo en concreto.

Pero aunque tengamos una atención altamente entrenada e intensa, si nos falta el otro ala de la mariposa, la Ecuanimidad, no tendremos la felicidad al alcance de nuestras manos, porque la ecuanimidad es lo que aporta el poder vivir en el momento presente, aquí y ahora, sin sufrimiento, y es la Ecuanimidad, la que permite que aprovechemos nuestra atención para disfrutar del camino, de la vida.

Al final, los seres humanos somos como sensores, con nuestra capacidad de sentir a través de nuestros sentidos.

Y es a través de estos sentidos que podemos ver, oír, saborear, oler, sentir, observar,… y algunas de estas sensaciones son agradables, otras desagradables, otras neutras,….

Si alguien te da un masaje genial, pues lo más seguro es que te llenes de sensaciones agradables, mientras que si alguien te rocía con agua congelada, es muy probable que tengas un baño de sensaciones desagradables.

Puede que veas un amanecer y esto te llene de sensaciones agradables, mientras que puede que veas una imagen de un animal atropellado y reventado en la carreta y eso te llene de sensaciones desagradables.

O puede que escuches una melodía que genere un torrente de sensaciones agradables, mientras puede que escuches una serie de ruidos estridentes que generen sensaciones muy desagradables.

Puede que pases al lado de una cocina de la que salen olores que te hacen relamerte de sensaciones agradables, mientras que puede que en otro momento pases al lado de ese animal muerto que está en la carretera y las sensaciones desagradables se multipliquen en ti.

En fin, que vivimos rodeados de infinitas situaciones, estímulos, experiencias,… que nos hace sentir a través de nuestros sentidos una serie de sensaciones, que pueden ser muy agradables o muy desagradables o cualquier tono intermedio en esa escala de agradabilidad sensorial.

Incuso podemos tener pensamientos que nos produzcan sensaciones agradables, mientras que de igual manera podemos tener pensamientos que al aparecer en nuestra consciencia o incluso de manera inconsciente, nos hagan experimentar sensaciones muy desagradables.

Es más, las emociones que experimentamos de manera continua en nuestra vida, las podemos clasificar en cuanto a sensaciones como aquellas que son agradables, y aquellas que son desagradables.

En ningún momento he puesto buenas, malas, correctas, incorrectas, positivas, negativas,… y esto es clave porque la felicidad, que depende de esas dos alas de la mariposa, Atención y Ecuanimidad, sólo aparecerá de forma plena cuando estemos entrenados con una Atención de la que seamos dueños, y de una Ecuanimidad que nos haga libres del sufrimiento, nada tiene que ver con la etiqueta que nuestra mente le quiera poner a las sensaciones.

La Ecuanimidad es la capacidad de observar esas sensaciones sin reaccionar, porque de algún manera, nuestra tendencia es automatizar las respuestas en nuestro inconsciente, por eso ante las sensaciones desagradables nos programamos con aversión, queremos huir de ellas, nos resistimos a tenerlas, no las aceptamos, las queremos hacer desaparecer lo antes posible.

De la misma manera que nos programamos para sentir avidez y deseo por las sensaciones agradables, bien para perseguirlas o para tratar de mantenerlas cuando las experimentamos.

Y esto es útil, por ejemplo, si tocas algo que está a una temperatura muy alta pues la sensación es desagradable, dolor, te quemas, que hace que te des cuenta del peligro y pases a la acción para solucionar el problema.

Incluso es útil cuando nos hace tener una sensación desagradable porque  tenemos un problema en la vida, por ejemplo con una relación con una persona, nos hace darnos cuenta de que necesitamos asumir la responsabilidad de algo para aprender y dar un pasito más tratando de solucionar el problema (si es que está en nuestra mano el poder contribuir a solucionarlo).

Cualquiera de estas sensaciones surge y desaparece, a veces no a la velocidad que nuestra mente desearía, porque a nuestra mente le encanta que los problemas e incomodidades del camino desaparezcan a la velocidad del rayo, mientras que las agradables, le encanta que permanezcan el mayor tiempo posible para experimentar ese placer.

Pero en la vida, lo queramos aceptar o no, las sensaciones agradables y desagradables, aparecerán y desaparecerán de manera constante, y el que podamos ser felices dependerá de nuestra Ecuanimidad, esa capacidad de no reaccionar, esa capacidad de aceptar que las sensaciones, pensamientos, emociones, olores, sonidos, imágenes,…. Surgen y Desaparecen

Con nuestra atención podemos volver al momento presente a cada momento, aquí y ahora, sin juzgar lo que está sucediendo como correcto o incorrecto, sin juzgar como buenas o malas nuestras sensaciones, esto hará que dejemos de resistirnos a lo que es, que dejemos de querer que las cosas sean diferentes a como son, viviremos con Ecuanimidad.

Porque si una sensación es desagradable, como el ejemplo de tocar algo y quemarnos, y tenemos una respuesta útil de apartar la mano inmediatamente para no tener más daño físico, pues adelante con el mantenerla, pero ¿por qué mantener una reacción como la de no aceptar que a veces va a haber comportamientos que no dependen de nosotros que nos van a generar sensaciones desagradables?, ¿Por qué querer acabar con la sensación desagradable por ejemplo de aburrimiento con una solución reactiva rápida como puede ser jugar una partida a la consola o encender la tele o responder a un mensaje en el móvil o entrar en el Facebook?, ¿por qué no aceptar ese aburrimiento y observar las sensaciones que genera en nosotros?

Porque en el mismo momento que aceptamos las sensaciones, simplemente observándolas, sin reaccionar con aversión ante lo desagradable, o con avidez ante el placer de las agradables, nos estaremos liberando del sufrimiento que es una creación mental por querer que estar con otras sensaciones, por resistirse a tenerlas, por no aceptar lo que es.

Recordando que las sensaciones vienen y se van sin que lo elijamos, porque

Imagínate que por ejemplo un ser querido y cercano ha fallecido, es normal sentir dolor, ¿y quién no lo sentiría?, genera sensaciones desagradables, y es con nuestra capacidad para dirigir nuestra atención al momento presente de forma ecuánime, como podemos seguir siendo felices y disfrutando del camino.

Porque claro que cuando nuestra atención se vaya a los recuerdos con esa persona que ya no está aparecerá la tristeza, que se puede considerar como desagradable, aunque no como algo negativo, y si tenemos entrenada la Atención, podremos devolverla a lo que toca en cada momento, aceptando que se nos vaya de vez en cuando a esa pérdida del ser querido, que por supuesto, es dolorosa, incómoda,…

Seremos entonces capaces de volver a traer nuestra consciencia al momento presente, de hecho, solo podremos seguir disfrutando del camino, si con ecuanimidad, aceptamos que esto es parte del camino, la impermanencia total, surgimos y desaparecemos, incluso nosotros algún día también nos iremos, y por supuesto que habrá sensaciones desagradables, aunque no por huir de ellas o resistirnos a tenerlas se solucionarán nuestros dolores, penas, frustraciones, enfados, incomodidades,…

Más bien podremos lidiar con ellas, cuando aceptamos las sensaciones para que se vayan transformando al ritmo que a cada una le toque en otro tipo de sensaciones, ya que todo surge y desaparece, y la ley de la naturaleza nos muestra a cada paso del camino que nada permanece, todo cambia, vivimos en la más pura de las incertidumbres.

De ahí la importancia de la Ecuanimidad, porque sin esta capacidad nuestra vida se llenará de resistencias ante lo desagradable, o por avidez por lo agradable.

Imagínate ahora que estás trabajando o estudiando en una tarea que es aburrida, que genera sensaciones desagradables, entonces tu mente te llevará a que tengas avidez por las agradables que tengas programadas de experiencias anteriores, encender ese ordenador y leer mensajes de tus compis, irte de vacaciones, comer ese plato favorito, beber esa cerveza,…, en fin que cada persona diseñara un plan de huida que estará lleno de aversión por las sensaciones desagradables y avidez por las agradables.

Todo se puede entrenar, Atención y Ecuanimidad se entrenan de manera magistral a través de los ejercicios de meditación Vipassana, Mindfulness, Yoga,… y si se sabe hacer, en cualquier situación cotidiana del día a día, vivir una vida Mindfulness.

Te paso para acabar con este artículo un vídeo con Will Smith explicando de manera magistral y con todo el arte que tiene, lo que significa el miedo para él, y lo que hay detrás de esas situaciones de las que huimos porque son incómodas, porque muchas de esas situaciones a las que tenemos aversión porque son desagradables, son pasos del camino para crecer: Will Smith explicando el Miedo

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